


Nos encontramos en zona que pertenece a los señoríos de los Aztecas y estamos en el fondo de un lago. Nadie que ha visto a Ahuizotl ha vivido para contarlo; es por eso que nos convertiremos en peces, yo seré un pez diablo y tú puedes ser un pez espada. Debemos nadar hasta estar lo mas cerca posible, él cree que nosotros somos de su propiedad y que el está aquí para cuidarnos; ¡si!, yo sé que es difícil moverse; muévete como si fueras una serpiente. Vamos para allá, no tengas miedo, está dormido, buscan en los alrededores y si encuentras cuatro esferas brillosas de cuatro colores diferentes, una llave o un baúl que salgan al acecho y que se puedan mover y sobre todo platicar, me avisas.
¡Cuidado! se acercan los pescadores, vienen con redes y anzuelos, los olió como si fuera un perro; ¿ves como se mueve? está muy enojado; acaban de regresar parte de la pesca al agua, Ahuizotl se ha tranquilizado. Podrá seguir durmiendo, mientras tanto, sigue buscando; yo buscaré por esta zona y tu ve por allá. De nuevo vienen más pescadores y se están llevando de nuevo la pesca pero estos no están regresando nada. ¡Fíjate en la cola de pez de Ahuizotl!, ¿ves ese escondite en esa cueva?, vamos para allá, está comenzando a agitar su cola y con ella está creando una tormenta en el lago, observa cuidadosamente la embarcación pues la está volcando, notas como se traga a los pescadores uno a uno… se ha saciado. El resto de los pescadores han quedado flotando.
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